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Bienvenido septiembre

Después de, seguramente, el verano más atípico de nuestras vidas, aunque a la vez el más ansiado,  toca volver a la rutina.

Días enteros en la playa o en casa sin hacer nada, quedada con los amigos al aire libre, incontables bebidas refrescantes en cualquier terraza… pero ha llegado el fin de las vacaciones de verano. ¡Golpe de realidad!

Ahora más que nunca es cuando más echarás de menos las vacaciones y querrás revivir una y otra vez los momentos vividos estos últimos meses…. pero no podemos volver.

Así que saca el mayor partido a tu día a día y seguro que descubres una realidad apasionante.

 

El síndrome post-vacacional o depresión post-vacacional es el conjunto de síntomas que puede padecer una persona al reincorporarse a su puesto de trabajo o volver a su vida normal tras un periodo de vacaciones. Suelen ser algunos como cansancio, alteración del sueño y apetito, tristeza o irritabilidad, y pueden alargarse en el tiempo.

Os traemos algunos consejos para impedir que aparezcan estos síntomas:

1.    Planifica tu regreso y hazlo unos días antes de tu incorporación al trabajo. Parece que apurar hasta el último día es lo mejor, pero la vuelta puede ser fatídica si no nos habituamos a la realidad unos días antes.

2.    Organiza tu vida real y prioriza qué tareas pendientes y/o futuras son más importantes para no tener de repente muchas cosas que hacer y que algunas se queden a medias.

3.    Normaliza progresivamente tus horarios. De vacaciones dormimos más de lo habitual y se trastornan un poco los horarios del sueño… a lo bueno se acostumbra uno rápido. Date tiempo a recuperar los hábitos de sueño y hazlo de forma gradual para no alterarlos aún más.

4.    Aprovecha cualquier rato libre para hacer más amena la vuelta a la rutina.

5.    Acepta que, para tener unas merecidas vacaciones, tenemos que esforzarnos para llegar a ellas durante el resto del año. Sé positivo, que vuelven pronto.

6.    Paciencia, ¡este síndrome es pasajero!

 

No hay nada como estar en casa

No todo tiene por qué ser algo malo. No hay nada como estar en casa en familia, ¡seguro que durante el verano la has echado de menos!

Un lugar tranquilo donde descansar como en ningún otro, tu almohada (mejor que la de cualquier hotel 5 estrellas), tu ducha, el pan de la tienda de al lado…

Esfuérzate, además, si nunca lo has hecho, en descubrir todo lo bueno que tiene tu ciudad y recorre sus calles y bares como si fueras un turista, siempre hay algo nuevo que descubrir.

Si aún te quedan unos días para disfrutar del solecito, aprovéchalos…. ¡se van en un abrir y cerrar de ojos! 

Y si no, piensa que las próximas están a la vuelta de la esquina y siéntete afortunado de haber disfrutado de un verano maravilloso.